Anoche volví a soñar con él. Todos le llamaban Gigi. No podía haber otro nombre más ridículo, menos acorde con su aspecto. Había una formal y distante acogida en los que allí estaban, todos conocidos, todos amados en el pasado. Parecían el hueco de lo que fueron, aunque fueran tan exactos, ya no eran. Soñé con él y dolía como si fuera real, dolía el pasado como si no lo fuera.
100 años de cine de altos vuelos. Hace un siglo que podemos ver películas
viajando en avión, pero ha llovido mucho desde la primera proyección
cargada de monstruos y criaturas imposibles
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películas viajando en avión, pero ha llovido mucho desde la primera
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Hace 1 hora