Ella llegó a él por accidente.
Recordaba perfectamente aquel primer encuentro en un clásico lugar para
encontrarse, en una plaza abarrotada de espera, en una ciudad de náufragos. Él
recordaba su manera de moverse, esa que se le metería hasta dentro, hasta el
alma, la que querría olvidar pero que volvía a recordar en cada sueño. Su
manera de acercarse a él, su peculiar modo de caminar. Cuando la dejó partir
supo que jamás la olvidaría, que ella era el amor de su vida, que ella era lo
que siempre había soñado. Que ella era su realidad. Porque desde que se fue, su
vida dejó de serlo. Y soñó.
100 años de cine de altos vuelos. Hace un siglo que podemos ver películas
viajando en avión, pero ha llovido mucho desde la primera proyección
cargada de monstruos y criaturas imposibles
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películas viajando en avión, pero ha llovido mucho desde la primera
proyección ca...
Hace 1 hora