domingo, 1 de marzo de 2009

¡Escribe!


El papel en blanco me mira, con desidia, con tedio. Mi temor se asoma a él azuzado por la falta de confianza y tiemblan mis manos al sujetar la pluma. Estoy a punto de realizar el primer trazo y la blancura de la superficie grita, con un alarido que desgarra la noche. Alejo de nuevo la mano y la zozobra se apodera del espacio que hay entre el papel y yo. Desde atrás, desde el pasado, una voz familiar me susurra: escribe, simplemente sé tú y escribe. Y entonces lo veo claro: a lo que temo no es a la mediocridad de lo que escribo, no. A lo que realmente temo es a ser capaz de salir de la quincalla de presuposiciones, prejuicios y pretensiones, abandonar la almadraba a la que nadé huyendo de mi libertad. Tengo miedo de encontrarme conmigo frente a frente, reconocerme en mis ojos. Enrosco cuidadosamente el cierre de la pluma, la dejo sobre la lacónica superficie del papel en blanco, apago la luz y me voy frente al televisor, resguardándome en el movimiento de las sombras que proyecta sobre la pared y un no pensar me permite evitar llegar a saber quien soy.

4 comentarios:

Miguel dijo...

No hay nada más sincero que las palabras que salen de la mano del corazón, y se pasan al papel de la propia realidad. Probablemente porque sabes lo que pondrán... o no. Pero es una manera de encontrar tu libertad; aunque dudo que la perdieras nunca.

Saúl dijo...

un placer conocer este trozo de papel no tan en blanco..

Anitalindah dijo...

Noche, soledad, silencio, viejos y nuevos fantasmas... Un folio en blanco y yo. Solos. Cara a cara...
¡Bufff! Me has retratado.
Bueno . Muy bueno.

Un beso

Tesa dijo...

Es una forma de vaciarse, esto de escribir, pero tiene que saltar una chispa que abra la puerta y deje salir la imaginación o los sentimientos en forma de palabras.
No se escribe si los musos no quieren.
:)