A veces, en nuestra vida, se cuelan las palabras
cotidiano y compartido como una condena. Se cuelgan tras la puerta, al salir,
para encontrarlas acechantes, amenazantes, a la vuelta, al final de la jornada,
para enredarse de nuestro cuello, hundiéndonos en las horas, hasta el sueño.
Otras, se visten de fiesta con papel pinocho de colores chillones,
ensordeciendo el tedio y ventilándonos al sol de una sonrisa de ojos fijos en
los nuestros. Y cuando cotidiano y compartido se toman de la mano para guiarnos
por la arena del final de día, llevándonos al calor de nuestra piel, llevándonos
al abismo de la entrega convertida en sonidos acuosos, entonces, la facilidad
nos cierra los ojos muy a nuestro pesar. Porque entonces, dormir solo nos
parece una auténtica pérdida de sueño, un robo a la posibilidad de viajar, de
viajar al tiempo cotidiano del otro.
Un amor difícil de explicar
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Repentina y sentida, la muerte de Val Kilmer creo que nos ha pillado un
poco encogidos, con el gesto contrariado por un actor con el que uno
literalm...
Hace 1 hora
5 comentarios:
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Me gusta cuando se envuelven en ese papel
Un beso
bellísimo racconto de sentires.
El sueño de dormir y el de soñar no deberían ser la misma palabra. Bueno, en gallego ya no lo son.
;-)
Besos.
Miguelito, me gusta ver que te sigues pasando por aquí. Besos
40añera: ¿recuerdas las manualidades, el papel pinocho, el cebolla, el charol? ¡Qué tiempos! Besos guapa
Rochitas: gracias. Preciosa palabra racconto, preciosa. Besos
Blue: es que el galego es una gran lingua ... Con palabras tan bellas como luar o néboa, bágoa ... Biquiños
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